La distinción entre oficio y profesión se encuentra en la esencia y la profundidad del saber y las destrezas exigidas en cada uno.
El oficio se refiere a una labor o ocupación especializada donde el individuo adquiere habilidades prácticas y conocimientos técnicos mediante la experiencia o una formación vocacional. Estas ocupaciones tienden a orientarse más hacia tareas manuales o técnicas específicas, como carpintería, fontanería, soldadura, costura, entre otras. En gran medida, estos trabajos se fundamentan en habilidades prácticas adquiridas a través de aprendizaje directo, formación en el lugar de trabajo o programas vocacionales.
Por otro lado, una profesión se asocia a un campo laboral que requiere un nivel más elevado de conocimientos teóricos y habilidades especializadas. Las profesiones implican un estudio más profundo, generalmente en instituciones educativas, y pueden demandar títulos universitarios, licenciaturas o incluso grados avanzados. Ejemplos de profesiones incluyen la medicina, la ingeniería, la abogacía, la arquitectura, la contabilidad y la enseñanza. A menudo, las profesiones cuentan con asociaciones o colegios profesionales que establecen normas y regulaciones para la práctica del oficio.
En síntesis, mientras que el oficio se enfoca en habilidades prácticas y conocimientos técnicos adquiridos mediante la experiencia o la formación vocacional, la profesión implica un nivel más alto de conocimientos teóricos y habilidades especializadas obtenidas mediante estudios más formales en instituciones educativas.